Con la creciente tensión entre las fronteras de Rusia y Ucrania, trabajadores de diversos países con funciones no esenciales ya están regresando a sus hogares de origen.
El comienzo de este conflicto data desde tiempo atrás con el desvanecimiento de la Unión Soviética en 1991. Si bien, Ucrania comparte fuertes lazos culturales y sociales con su país vecino, se ha especulado que Rusia siempre ha tenido un particular interés por expandir su gobierno hacia Ucrania.
Con el mensaje que dio el Presidente Vladimir Putin hacia los líderes actuales de Ucrania que representan todo aquello “antirruso”, mencionó que rusos y ucranianos son una misma nación, haciendo más evidente su interés por el país ex soviético.
La presencia de 100.000 soldados rusos en la frontera hacia Ucrania alertó a países de occidente como Estados Unidos. Por el momento Joe Biden ha mantenido conversaciones con Vladimir Putin para llegar a un acuerdo, ya que Moscú no quiere que la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) tenga influencia alguna en Ucrania, sin embargo funcionarios rusos han comunicado que occidente ha rechazado rotundamente sus propuestas conduciendo a una difícil situación.
La intervención de Rusia con los intereses del gobierno ucraniano ya ha ocurrido en el pasado, cuando en 2013 se opuso a que este formara parte de la Unión Europea y logró anexar a territorio ruso la península de Crimea.
Actualmente, Vladimir Putin ha reiterado que no tiene planeado invadir territorio ucraniano, pero eso es algo que han puesto en duda países como Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea.
Por el momento Estados Unidos y Reino Unido han enviado armas de defensa al gobierno ucraniano, mientras que países de la Unión Europea como Francia y Alemania se mantienen fuera del conflicto pero alertas.
Trabajadores no esenciales de embajadas en Ucrania, han comenzado a retirarse por el posible desencadenamiento de un conflicto.