9 estrategias mentales utilizadas por los estoicos para mejorar sus vidas

Siempre se nos ha dicho que el poder de todo está en la mente.

Que a partir de ella creamos la realidad y que las grandes cosas nacen en esa factoría de ideas que tenemos en la cabeza.

Es fascinante.

Pero existe un pequeño problema.

Que en más ocasiones de las que podemos contar ella nos controla a nosotros y no al revés.

Cuando esto ocurre empieza el caos. Nos pillamos con reacciones que no queremos.

Películas catastróficas del mejor director de Hollywood y un sinfín de diálogos que te hacen confundirte todavía más.

La mente como tal es una herramienta y cuando se utiliza puede crear cosas buenas y cosas malas.

Exáctamente como todo lo que tienes a tu alrededor.

Cuando la entendemos y tenemos el conocimiento necesario pues nos da un muy buen servicio.

La intención con el artículo de hoy es darte diferentes estrategias que se vienen utilizando desde hace cientos de años y especialmente por la filosofía estoica.

De verdad pienso que pueden ayudarte a vivir mejor.

Si no eres de leer echa un vistazo al vídeo a continuación, pero si no te quieres perder ningún detalle y ejemplos entonces te recomiendo que leas el artículo completo 😉

Las 9 estrategias mentales

 

El obstáculo es el camino

Esta estrategia mental la conocí hará un año cuando me leí el libro The obstacle is the way de Ryan Holiday.

El punto a entender aquí es el siguiente:

Cuando me encuentre con algún problema (obstáculo) lo voy a ver como una oportunidad para desarrollar algo y así hacerme más fuerte y mejor.

Esto quiere decir que cuando ocurra algo que no esté sucediendo de la manera que a mi me gustaría y entre en una espiral de pensamientos tóxicos.

Voy a contemplarlo como una ocasión fantástica para buscar un Plan B.

Así no me dejaré arrastrar por la circunstancia y animaré a mi mente a adoptar una postura más productiva.

Déjame ponerte algún ejemplo personal:

Suelo grabar mis vídeos en casa pero recuerdo que una vez no pude porque mi novia trajo a sus amigas.

En un primer momento me indignó porque le había avisado de que tendría que hacer una grabación.

En ese momento podía seguir despotricando por lo que había pasado y reforzar más mis pensamientos de indignación.

O bien, adoptar la postura del obstáculo es el camino.

Se me ocurrió hacer el vídeo en un parque para poder seguir adelante.

Como tomé esa nueva decisión y actitud, empecé a darme cuenta que realmente era una buena idea.

Normalmente siempre hacía los vídeos en casa y esta era una forma nueva que le daría un toque de “aire fresco”.

También pensé que sería genial porque la gente me vería y eso me haría salir de mi zona de confort.

 

Por lo que estaba consiguiendo dos cosas:

  • Darle un toque diferente a mi vídeo.
  • Salir de mi zona de confort.

Cuando lo grabé me sentí realmente bien.

Sentía que había aprovechado el día y que había transformado “un problema cotidiano” en una oportunidad para mejorar.

Ahí me di cuenta que el obstáculo se había vuelto en mi camino para crecer, inspirarme y enseñarme.

Esta estrategia mental es cojonuda y muy fácilmente aplicable para los pensamientos cotidianos.

 

Me reto a volver al centro

Este recurso si mal no recuerdo era utilizado por Marco Aurelio el cual fue una de las figuras más importantes de la filosofía estoica.

Básicamente consiste en lo siguiente:

Cada vez que me vea desestabilizado o decaído voy a retarme a volver al equilibrio lo más rápido posible.

Esta estrategia me parece útil porque le añades el ingrediente “reto”, cuando lo percibes como tal el cerebro empieza a estimularse.

Y cuando lo consigue activas los mecanismos de recompensa del cerebro, de esta manera animas a que ocurra de nuevo en el futuro.

 

Un ejemplo personal:

Recuerdo que un día caminando por la calle y tras haber tomado unas cervezas con unos amigos me notaba de mal humor y disgustado.

Me dijeron un comentario que me tomé personalmente y me acompañaba en mi mente haciéndome sentir miserable.

Así que se me pasó por la cabeza la enseñanza de Marco aurelio y me reté a utilizar todos los recursos que sé para volver al centro y lograr estabilidad emocional.

Empecé a desear a todo el mundo que veía por la calle internamente: “Te deseo que seas muy feliz”.

Esta pequeña herramienta me hizo cambiar el foco de atención y empezar a sentirme mejor.

Por otra parte, me pregunté qué cosas positivas tendría la persona que me había “ofendido”, así que empecé a enumerarlas.

Poco a poco, en vez de dejarme arrastrar por lo que me ocurrió empecé a aplicar los recursos que tenía a mano.

Aplicar esta estrategia mental lo que hace es que cada vez te motive más ver si tienes la capacidad de equilibrarte más rápidamente que la vez anterior.

Simplemente has de hacerte consciente de algunos recursos que dispones en cualquier momento y empezar a utilizarlos.

Si eres lector de este blog sabrás que comparto muchísimos 🙂

 

¿Qué haría él?

estrategias mentales
Estrategias mentales: ¿qué haría él?

 

Esta estrategia mental es más popular y quizá la conocías ya que personas como Anthony Robbins o profesionales de la PNL lo suelen recomendar.

Me parece una buena de volver a recobrar el foco hacia la dirección adecuada.

 

Consiste en lo siguiente:

Siempre que te encuentres ante una situación que te descontrolas y se te está escapando de las manos, pregúntate:

  • ¿Qué haría la mejor versión de mi mismo en esta situación?

O también podría ser:

  • ¿Qué haría “la persona que admiro” en esta situación?

Lo que estás haciendo aquí es empezar a adoptar acciones, pensamientos, comportamientos y formas de proceder que te encauzan hacia tu versión deseada.

De manera que a través de la toma de conciencia y un foco muy específico vas modificando a mejor.

 

Un ejemplo personal:

Soy una persona que adora comer, en todas sus facetas.

Disfruto comiendo casi cualquier cosa y reconozco que cuando empiezo a comer basura termino por engancharme.

Cada vez quiero más y más, hasta el punto que abandono mi salud.

Desde hace bastante tiempo cuido más mi alimentación y he creado un estilo de cocina en el que disfruto y me es fácil convivir.

Así mismo durante el día siempre aparecen situaciones que incitan a abandonarse y comerse cualquier chatarra.

Los deseos aparecen y es ahí cuando entra en juego esta herramienta.

 

Ahí es cuando estoy a punto de ceder y me pregunto:

  • ¿Qué haría mi mejor versión en esta situación?
  • ¿Qué haría la persona que admiro en esta situación?

 

Por lo general esto me hace salir de mi cerebro reptiliano e impulsivo y me permite tomar mejores decisiones, ya que he conseguido escapar de él antes de que me atrape.

Esto puedes aplicarlo en muchos contextos de la vida cotidiana y te aseguro que aunque no te va a funcionar todas las veces, muchas otras lo hará.

 

Haz siempre lo mejor y olvídate

Marco Aurelio decía que para que no hubiese arrepentimientos y te sintieses íntegro con tu persona simplemente debías hacer las cosas lo mejor que sabes en cada momento.

¿Cuántas veces te has sentido mal por algo que dijiste, hiciste o pensaste?

Muchas veces me imagino.

 

Lo que esta estrategia sugiere es lo siguiente:

Intenta hacer todo en la vida lo mejor que puedas y aunque el resultado no sea el esperado, déjalo ir.

 

Ejemplo personal:

Soy bastante organizado con mi empresa y los resultados que me gustaría tener.

Sé los productos que debería vender y lo que me gustaria facturar todos los meses.

Sé las acciones que he de tomar para que eso ocurra, etc.

La cuestión es que muchas veces las cosas no salen como tu quieres y entonces es cuando tu mente empieza a jugarte malas pasadas.

Comienzas a criticarte sin piedad, te insultas y tu estado anímico se va a pique.

¿Podría haber sido evitable?

Totalmente.

Cuando veo que algo así empieza a ocurrir me pregunto:

¿Lo he hecho lo mejor que podía en ese momento?

Normalmente la respuesta es sí.

Entonces me relajo y lo dejo ir, porque la vida ha decidido que así sea.

Esta decisión me trae paz.

En caso de que la respuesta sea No, pues en vez de autoflagelarme intento buscar el aprendizaje.

Lo que consigues con este recurso es salir de la espiral tóxica y relajarte pase lo que pase.

 

Si tienes envidia, admira

No me considero una persona envidiosa, pero hay veces que tengo ese sentimiento.

Esta estrategia no está sacada de las enseñanzas estoicas pero me ha parecido interesante añadirla igualmente.

Soy consciente de que es para un escenario muy específico pero lo cierto es que ocurre 😉

 

Lo que viene a decir esta herramienta es lo siguiente:

Cada vez que me invada la envidia voy a cambiarlo por admiración de forma que me permitirá ver los aprendizajes que me acercarán a lo que “envidio”.

Ejemplo personal:

Hace años recuerdo que envidiaba a una persona en concreto por su manera de ser tan espontánea y abierta.

Yo no era así y eso me generaba cierta envidia.

Así que lo que decidí fue admirar a esa persona para que mi foco cambiase.

Cuando empecé a admirar a esa persona mi actitud cambió y se enfocaba más en detectar los patrones, acciones, actitudes que pudiese interiorizar para conseguir un resultado parecido.

La envidia me hacía quedarme estancado y la admiración me movía cada vez más cerca de eso que admiraba.

 

La característica positiva

Esta estrategia mental la habrás escuchado muchas veces pero ya aparecía en los textos estoicos de hace cientos de años.

Se trata de observar lo positivo que tiene una situación que podría no tenerlo desde tu punto de vista inicial.

Requiere un esfuerzo y predisposición por tu parte.

 

Se resume en lo siguiente:

Independientemente de la situación descubre la característica positiva que pueda tener, así pones más conciencia sobre lo que te hace salir de las sensaciones negativas.

  • Quiero hacer un apunte aquí:

No se trata de vivir como un bobo en el mundo de la piruleta, esta herramienta tiene el objetivo de controlar tu estado mental y emocional.

Obviamente si hay algo que te está molestando y debe estar fuera de tu vida, toma las acciones que sean necesarias.

Pero por lo menos se dueño del momento actual para poder tener control sobre ti mismo.

 

Ejemplo personal:

Me acuerdo que en mi último trabajo había un tío que me tocaba las narices con su forma de ser y comentarios.

Obviamente él no iba a cambiar, y por supuesto tendría que tomar medidas en el futuro para que no fuese parte de mi vida.

Pero en ese momento no podía, necesitaba el dinero.

Al principio lo pasé muy mal.

Me iba enfado y tenía batallas imaginarias en mi cabeza.

Era algo agotador y destructivo.

Pero un día decidí por mi bien aplicar este recursos.

Y funcionó.

Me alivió mucho del sufrimiento que tenía.

Recuerdo que hacía el esfuerzo par encontrar cosas positivas sobre esta persona.

Algún detalle.

Comentario.

Gesto.

Lo que sea.

El quid de la cuestión es que lo encontraba y esto me permitía seguir mi día mucho mejor que las veces anteriores.

Pues eso deberías aplicarlo a todas las situaciones de la vida para hacer de tu mundo un lugar mejor.

 

Gratitud sin condición

estrategias mentales
Estrategias mentales: gratitud sin condición

 

Esta estrategia también se ha puesto bastante de moda en los últimos años por todos los círculos de desarrollo personal.

Pero lo importante es que funciona.

La palabra misma lo dice; agradecer.

 

Se resumiría en lo siguiente:

Agradece sin más, por el gusto de simplemente apreciar las cosas que hay en tu vida, desde las más insignificantes hasta las más grande de esta manera empezarás a reconocer la grandeza en tu vida.

 

Ejemplo personal:

Cada mañana decidí establecer como hábito sentarme cerca de la ventana, cerrar los ojos y agradecer.

Desde el aire que respiro hasta el trabajo que amo.

Desde el sol que me da en la cara hasta la chica tan estupenda que tengo de novia.

No hace falta que tu hagas lo mismo.

No hace falta este “ritualismo”. Simplemente mientras vas caminando recuerda agradecer.

Lo que vas a conseguir es de manera muy sencilla y gratuita traerte “buen rollo” y esto te permitirá vivir y tomar mejores decisiones.

 

Ante la queja, soluciono

Esta estrategia es increíblemente práctica.

¿Cuántas veces te has pillado quejándote?

No sé desde donde me lees pero en España es un deporte nacional y yo gané varias veces la medalla de oro 😉

Quejarse es lo más improductivo y agotador que te puedas imaginar.

 

La esencia de esto es lo siguiente:

Cuando empieces a quejarte, mejor cállate y haz lo que tengas que hacer para que eso se solucione.

Así de sencillo.

Te vas a ahorrar un montón de energía.

 

Ejemplo personal:

Actualmente estoy viviendo en Polonia y vivo con mi novia Karolina.

En casa se camina sin zapatos lo cual tiene lógica porque aquí llueve y nieva y traes la suciedad al piso.

Siempre nos quitamos y nos ponemos los zapatos en la entrada, pero no siempre fue así.

Yo como buen español pues siempre he caminado con zapatos por casa y me costó horrores cambiar este hábito.

Muchas veces aquí en Polonia antes de salir de casa lo que hacía era coger los zapatos de la entrada y sentarme en una silla del salón para ponérmelos.

Básicamente porque me es más cómodo que arrodillado.

Puedes imaginarte, Karolina se cabreaba y yo me quejaba porque me parecía una tontería.

En ese momento pensé: “hay que ver las cantidad de energía estupida que estoy perdiendo por quejarme y discutir”.

Así que lo que hice fue comprar una banqueta en la entrada de la puerta.

En vez de seguir igual y quejarme de la situación en sí, pues lo que hice fue buscar una solución.

Este ejemplo tan sencillo lo podemos ver en otro tipo de variantes de nuestro día a día.

No te quejes, actúa y cambia lo necesario.

 

¿Está bajo tu responsabilidad?

Esto lo habrás escuchado también del libro los 7 hábitos de la gente altamente efectiva de Stephen Covey.

Pero la verdad es que es uno de los conceptos más repetidos dentro de la filosofía estoica.

Solemos preocuparnos y darle vueltas a cosas que en sí se escapan de nuestro círculo de influencia.

 

Se resumiría en lo siguiente:

Ocúpate de lo que esté en tu responsabilidad lo demás olvídate.

 

Te voy a poner un ejemplo personal mío:

Siempre fui una persona que cuando daba mi opinión sobre algo intentaba a su vez que los demás estuviesen de acuerdo o aceptasen lo que decía.

Puedes imaginarte la cantidad de dolores de cabeza que eso me trajo.

Un día tomé la decisión de que daría mis opiniones (esto está bajo mi responsabilidad), pero no buscaría que la gente estuviese de acuerdo (esto no es mi responsabilidad).

No puedo describirte con palabras el peso tan grande que liberé cuando de verdad lo interioricé.

Esto es aplicable a muchísimas áreas de tu vida y es un ejercicio sanísimo para vivir más en paz y en control.

 

Fuente: https://www.abcoach.es/9-estrategias-mentales/