Ser emprendedor hoy en día, en un mundo tan cambiante como exigente, no es tarea fácil. Y aunque contamos con algunas herramientas que la coyuntura actual pone a nuestra disposición (tecnologías de la información, incubadoras, nuevas fórmulas de financiación, formación y seminarios específicos…), el mercado sigue siendo un mundo complejo.
Evidentemente, elegir el servicio que podemos ofrecer y estudiarlo para poder ofertar soluciones que tengan buena acogida es una decisión capital, además del talento, el conocimiento del sector e innumerables horas de trabajo y dedicación. A este respecto, las soluciones ecológicas para industrias y particulares son ya, desde hace años, un nicho de mercado muy interesante de cara a desarrollar nuestra actividad.
El ciudadano decide teniendo en cuenta el planeta
Entre las muchas ideas que podemos encontrar en la actualidad varias de ellas están orientadas a ciudadanos que, a día de hoy, tienen muy en cuenta de cara sus decisiones de consumo el impacto que puede tener el producto en el Medio Ambiente (hasta un 91%, según un informe realizado por el Real Instituto Elcano, de título “Los españoles ante el cambio climático”).
Así pues, iniciativas relacionadas con el reciclaje o con el control del consumo energético son muy bien recibidas entre este público. De la misma manera, todos aquellos servicios que supongan un descenso en el transporte o los desplazamientos (y por tanto, un menor consumo de combustibles) o los que implican una menor fabricación de plásticos y otros residuos, tendrán una mejor acogida y serán una opción más deseable de cara a su consumo o elección.
Empresas con conciencia medioambiental
En lo que se refiere al mundo industrial y al B2B, las compañías han sido conscientes, a nivel económico, institucional o de imagen, de la importancia de aprovechar las nuevas oportunidades e iniciativas para integrar la ecología en su gestión y, también, en el momento en que los departamentos de compras deben seleccionar a sus proveedores y aprovisionamientos. Por no hablar de las necesidades que implica cumplir un sistema de gestión medioambiental como la ISO 14001, o los posibles beneficios fiscales y administrativos de la inversión en materia ecológica, en forma de subvenciones o reducciones fiscales.
Es evidente que, al menos en la última década, las grandes empresas se han volcado en hacer gala de su apuesta ecológica y compromiso con el Medio Ambiente, ya que ello redunda, con carácter positivo, en su prestigio como marca. Se han reforzado sus esfuerzos en comunicar hasta qué punto la lucha por contribuir a la preservación del planeta se encuentra entre sus prioridades, y la inversión económica en tal objetivo se incrementa año a año. No nos detendremos aquí a analizar todas las iniciativas que están llevando a cabo las diferentes industrias, pero por citar alguna de ellas, “El día mundial de la tierra” se celebra hoy en casi 200 países, y cuenta con la colaboración de empresas tan potentes a nivel mundial como Enel o PokerStars, por nombrar algunas.
Algunos ejemplos actuales
En definitiva, podemos ver distintos ejemplos de startups orientadas a uno u otro público. Por citar algunas, estos días hemos asistido al lanzamiento de la plataforma KlickKoala, orientada a los ciudadanos de cara a la búsqueda de productos sostenibles (utilizando energía limpia, reduciendo los residuos, etc…).
También en lo que refiere al mundo empresarial hemos visto buenas posibilidades: empresas de formación especializada orientadas a profesionales del sector medioambiental, como el Instituto Superior del Medio Ambiente. También parece muy interesante lo que han puesto en marcha las empresas Newlight y Carbicrete: la primera fabrica bioplásticos mientras que la segunda produce de cementos libres de adhesivos, en ambos casos mediambientalmente sostenibles en sus actividades.
Al final, si algo caracteriza a estas iniciativas empresariales es que están encontrando una buena demanda gracias a que este nicho de mercado tiene grandes posibilidades de desarrollo y que no es algo pasajero; bien al contrario, la preocupación por el medioambiente es algo que va a ir a más, tanto en lo que respecta a clientes particulares como industriales y, por supuesto, a nivel de las instituciones y organismos públicos.